El herpes labial es una afección muy común que afecta a muchas personas durante el verano. También conocido como “calentura” o “fiebre de los labios”, el herpes labial se relaciona con la exposición excesiva al sol, lo que activa el virus que lo causa.
Este virus se contrae generalmente en la infancia, a través del contacto con adultos infectados que besan a los niños. Después de la infección primaria, el virus se retira a los ganglios nerviosos cerca del lugar de la infección y permanece latente, pero en ocasiones puede reactivarse y causar recaídas que se manifiestan como herpes labial.
Es importante destacar que el virus solo es contagioso cuando está activo y en replicación, y se transmite a través del contacto directo con las vesículas en la piel o las mucosas. Por lo tanto, es fundamental evitar tocarse los labios afectados durante una recaída.
Las recaídas del herpes labial pueden ser favorecidas por un déficit en las defensas inmunitarias y situaciones de estrés, como después de un viaje o una gripe, así como una exposición excesiva a la luz solar. Es importante cuidar nuestra salud y tratar de reducir los niveles de estrés para evitar estas recaídas.
Los síntomas iniciales del herpes labial incluyen sensación de hormigueo y malestar en los labios, seguidos de una zona enrojecida y la aparición de pequeñas vesículas que se convierten en pústulas o erosiones. En los niños, la infección primaria puede manifestarse como estomatitis herpética, con úlceras en las encías, fiebre, inflamación de las encías, irritabilidad y pérdida de apetito.
Afortunadamente, el herpes labial suele curarse por sí solo después de una semana. Sin embargo, existen productos como geles astringentes o cremas antivirales que pueden acelerar la curación si se aplican al primer síntoma. Es importante evitar el uso de cremas inadecuadas o remedios caseros, ya que pueden prolongar los tiempos de curación y empeorar la situación.
En casos de recidivas frecuentes, se puede ofrecer un tratamiento preventivo con antivirales. Además, es importante mencionar que las sobreinfecciones bacterianas de las ampollas son complicaciones poco frecuentes, pero requieren un tratamiento antibiótico específico.
En resumen, el herpes labial es una afección muy común que puede aparecer durante el verano debido a la exposición solar excesiva. Se transmite a través del contacto directo con las vesículas y puede reactivarse en momentos de estrés o debilidad del sistema inmunológico. Afortunadamente, la mayoría de los casos se curan por sí solos, pero es importante buscar tratamientos adecuados para acelerar la curación y prevenir recidivas frecuentes.
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