noviembre 22, 2024

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El BCE y la depreciación del euro – América Deportiva

El BCE y la depreciación del euro – América Deportiva

El Banco Central Europeo (BCE) ha reconocido que su nueva política monetaria representa un riesgo debido a las señales de desaceleración económica en la zona euro. Sin embargo, la economía española se mantiene más sólida que otros países europeos como Alemania, Austria, Italia y Países Bajos, gracias al peso de su industria y su dependencia del mercado chino.

España se beneficia de un sector de servicios fuerte impulsado por el turismo, y su industria ha logrado ganar cuota de mercado en Europa a pesar del estancamiento en los intercambios con terceros países. Resulta sorprendente que el BCE no mencione el desafío que plantea la subida de los tipos de interés para el euro y su impacto en la inflación.

La depreciación del euro se debe, en parte, a la pérdida de competitividad de la economía europea y al retraso en el sector del automóvil en relación al vehículo eléctrico. Además, el crecimiento débil a largo plazo ha agudizado la caída del valor del euro, a diferencia del año pasado cuando la economía europea parecía resistir mejor.

Otro factor que agrava la depreciación del euro es el encarecimiento del petróleo, lo cual afecta a los precios de las materias primas importadas y complica la desinflación. A pesar del repunte del Índice de Precios al Consumo (IPC) energético, es poco probable que se refleje en la inflación subyacente debido al enfriamiento de la demanda y a la moderación de márgenes por parte de las empresas.

Aunque los salarios están creciendo a un ritmo más elevado, no están generando una espiral inflacionaria, ya que los incrementos son resultado de acuerdos para recuperar parcialmente el poder adquisitivo y no de luchas reivindicativas.

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Es probable que el BCE tenga que recortar sus previsiones de crecimiento nuevamente, y su política monetaria puede provocar un ajuste al alza en la inflación debido al efecto de la inflación importada. Aunque el IPC ha dejado de descender, la tendencia subyacente sigue siendo favorable, descontando los efectos estadísticos y el incremento de los precios energéticos. El porcentaje de componentes del IPC que crecen a un ritmo elevado ha disminuido, mientras que el porcentaje de componentes que crecen por debajo del objetivo de inflación ha aumentado.