Beirut, Líbano – El primer ministro libanés, Chad Hariri, dimitió el jueves tras no haber podido formar gobierno durante los últimos ocho meses.
Hariri renunció luego de una breve reunión con el presidente Michael Owen en el Babta Palace.
“He renunciado a formar el gobierno”, dijo a los periodistas. “Aun exigió algunas enmiendas, que consideró necesarias, y dijo que no se podría llegar a un entendimiento mutuo … y que Dios salve a este país”.
Aun acusó a Hariri de haber decidido ya abandonar su reunión.
“Hariri rechazó cualquier cambio en los cambios de los ministerios, su distribución sectaria y los nombres asociados con ellos”, dijo la oficina del presidente en un comunicado.
En una entrevista con Al Jadeed TV en el Líbano, Hariri dijo que seleccionó a sus candidatos en función de su experiencia y capacidad para reformar la economía, pero Aun no lo hizo.
“Renuncié en 2019 porque quería un gobierno de expertos. El país no se salvará si formamos un gobierno de Michael Awn”, dijo.
“El principal problema en este país es Michael Aun, quien tiene una alianza con Hezbollah. Se está defendiendo. Esta es la ecuación en el país.
La oficina de Hariri se negó a comentar con Al Jazeera.
Luego, el jueves, partidarios de Hariri y su futuro Partido Movimiento salieron a las calles, bloqueando carreteras con llantas en llamas y botes de basura en varias áreas alrededor de Beirut. Decenas de manifestantes en la Ciudad Deportiva de Beirut arrojaron balas de acero recubiertas de goma contra los equipos antidisturbios con las tropas libanesas.
Los manifestantes también atacaron las principales carreteras al sur de la capital. Las carreteras en la ciudad norteña de Trípoli y la ciudad sureña de Sour también fueron bloqueadas.
Tras la salida de Hariri, la libra libanesa cayó a un nuevo mínimo histórico de más de 21.000 dólares.
La lira ha perdido ahora el 90 por ciento de su valor, evaporando efectivamente los ahorros de cientos de miles de hogares. Al menos la mitad de la población ha caído en la pobreza, mientras que la inflación de los alimentos supera el 400 por ciento.
A pesar de la presión diplomática de Francia, Arabia Saudita y Estados Unidos, el estancamiento político ha persistido desde la reelección de Hariri en octubre pasado. La Unión Europea (UE) ha amenazado con imponer sanciones a los funcionarios libaneses para evitar que el nuevo gobierno asuma el poder.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blingen, dijo que la renuncia fue un “acontecimiento decepcionante” para el pueblo libanés.
“La clase política libanesa ha estado devastada durante los últimos nueve meses”, dijo Blinken en un comunicado. “La economía libanesa está en plena independencia. El gobierno actual no proporciona servicios básicos confiables. Los líderes en Beirut necesitan urgentemente dejar de lado las diferencias partidistas y formar un gobierno que sirva al pueblo libanés. Eso es lo que quiere el pueblo libanés”.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, también fue severo.
“Líbano está siendo testigo de su propia autodestrucción y la propia clase política tiene la culpa”, dijo. “Los gobernantes libaneses no han podido resolver la crisis que han creado”.
‘Culparnos unos a otros’
Jameel Mouwat, un colega de alto nivel en la iniciativa de reforma árabe, dijo que la renuncia de Hariri era un excelente ejemplo de política sectaria en el Líbano.
“Ha sido así durante años, excepto que las instituciones financieras no tienen la cobertura de maquillaje que tenían antes de la crisis económica”, dijo Mouwat a Al Jazeera, y agregó que las tensiones sectarias ahora podrían escalar. “En esta próxima etapa comenzarán a culparse mutuamente por obstruir la formación del gobierno”.
Hariri propuso el miércoles un gobierno de 24 ministros, que le otorgó ocho ministros, incluidos los de Defensa y Relaciones Exteriores, según los medios locales.
Hariri no estaba de acuerdo con él sobre el tamaño y la distribución de un nuevo gobierno. Aun culpó a la propuesta de Hariri de la falta de representación cristiana y la abolición del sistema de devolución de base sectaria del país, mientras que Hariri acusó a Auri de querer una participación mayor en el gobierno.
Después de renunciar en octubre de 2019 luego de protestas antigubernamentales en todo el país, Hariri fue reelegido un año después, prometiendo unir a un gobierno que implementaría reformas económicas.
Desde finales de 2019, la moneda libanesa ha comenzado a perder su valor por la escasez de dólares, alcanzando oficialmente los 1.500. Los bancos impusieron límites de retiro en las cuentas en dólares hasta que se les permitió retirar a una tasa ligeramente elevada de 3.900 por dólar.
La comunidad internacional ha instado a las autoridades libanesas a unir a un gobierno que está implementando reformas económicas para resolver diferencias políticas, abrir miles de millones de dólares en ayuda y reactivar la economía.
El Líbano opera bajo un sistema sectario de devolución de competencias para sus comunidades religiosas. Las principales oficinas políticas y de seguridad están asignadas a diferentes secciones. El presidente es un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán sunita y el presidente del parlamento es un musulmán chií.
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