El síndrome de las piernas inquietas afecta a millones de personas en España, según la Sociedad Española de Neurología. Se estima que hasta 2 millones de personas podrían tener este trastorno en el país. Este síndrome, que se caracteriza por una necesidad incontrolable de mover las piernas, afecta al 10% de la población adulta y hasta el 4% de los niños y adolescentes.
Sin embargo, se estima que el 90% de las personas que lo padecen no han sido diagnosticadas. Para aumentar la conciencia sobre este trastorno, cada 23 de septiembre se celebra el Día Mundial del Síndrome de Piernas Inquietas.
Este síndrome puede causar sensaciones como hormigueo, picazón o ardor en las piernas. Los síntomas suelen empeorar durante la tarde-noche, lo que puede dificultar el sueño. Además, este trastorno puede tener un impacto negativo en la calidad de vida, causando problemas para dormir, ansiedad, depresión y dificultades en las relaciones sociales y laborales.
En muchos casos, los síntomas del síndrome de piernas inquietas se presentan de forma discreta y esporádica al principio, lo que lleva a retrasos en el diagnóstico de más de 10 años. Aunque puede comenzar en la infancia o adolescencia, la mayoría de las personas experimentan los síntomas a partir de los 40 años. Se ha observado que este trastorno puede ser más grave en los casos que comienzan a una edad temprana.
Ante cualquier molestia en las piernas, especialmente si afectan el sueño, se recomienda consultar a un médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados. Aunque las causas exactas del síndrome son desconocidas, se cree que están relacionadas con factores genéticos, deficiencia de hierro y alteraciones en los niveles de dopamina en el cerebro.
El tratamiento para el síndrome de piernas inquietas puede variar según la causa subyacente, pero generalmente se enfoca en abordar los síntomas y mejorar la calidad del sueño. Los enfoques terapéuticos pueden incluir cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de cafeína y alcohol, mantener una rutina de sueño regular, hacer ejercicio y utilizar técnicas de relajación. En casos más graves, se pueden recetar medicamentos específicos para mejorar los síntomas.
En conclusión, el síndrome de las piernas inquietas es un trastorno que afecta a millones de personas en España. Aunque muchas personas no han sido diagnosticadas, es importante buscar atención médica si se experimenta molestia en las piernas, especialmente si afecta el sueño. El tratamiento puede variar, pero en general se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Realizar un seguimiento adecuado de la enfermedad es fundamental para evitar que empeore.
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